En el grupo que ayer intentó tomar la cementera Cruz Azul, en Tula, Hidalgo, no había ningún trabajador de la planta, eran personas externas que fueron llevadas para provocar, aseguran empleados. 

El enfrentamiento de ayer, que dejó un saldo de ocho personas muertas, fue provocado por un grupo de aproximadamente 500 personas, quienes iban armadas con palos, picos, y armas de fuego.  

Según el testimonio del abogado José Luis García, que dio esta mañana con Aristegui Noticias, este grupo de personas no iba en mandamiento judicial, no iba acompañado de ninguna autoridad o una orden. Ese mismo grupo se dividió en 2 grupos, primero arribaron a la subdelegación eléctrica, dañando el inmueble para que la planta dejara de tener energía. Luego el otro grupo se fue la Puerta 3, armados con picos, palas y armas de fuego, comenzaron invadir las instalaciones. 

“Desde adentro, los trabajadores los esperaban porque ya les habían informado que estaban ahí. Desde el interior de la planta fue que trataron de repeler la agresión, pero una de las 500 personas disparó y lesionó de muerte un hijo de un socio cooperativista, lo que enardeció a la gente”, detalló el abogado. 

Ninguna de las personas que llegaron pertenece a la planta de trabajo, no son trabajadores de la empresa. 

La Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo (SSPH) informó que se notificaron las agresiones y disturbios al 911 esta mañana, por lo que acudieron al sitio integrantes de instituciones de seguridad, protección civil y médicas. Aseguró que las instalaciones y vehículos presentaron daños. 

Ante esto, el gobernador de Hidalgo condenó los hechos y afirmó que se investigarán los sucesos. Detalló que giró instrucciones a la Secretaría de Gobierno del Estado, para que en coordinación con la Procuraduría General de Justicia de la entidad, se puedan impulsar mesas de diálogo entre las partes y evitar que se repitan eventos similares.