Ningún otro partido desde el año 2000 había logrado tener en su poder 22 entidades de la República Mexicana. Hoy, la mancha guinda abarca más de la mitad del territorio nacional. 

La elección del domingo 5 de junio fue determinante para que Morena diera el tiro de gracia al PRI, quien además perdió Hidalgo y Oaxaca, estados que mantenía, a duras penas, desde que el PAN le ganó en el 2000. 

Con estos resultados, al PRI sólo le queda el Estado de México y Coahuila, que tendrán elecciones en 2023, cosa que debería de preocuparle más que nada, pues con esto su desaparición es cada vez más notoria. 

En tanto, Marko Cortés cantó que “hay tiro” para 2024, y el líder de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, aplicó la estrategia de José Antonio Meade en 2018: en vez de tirarle al primer lugar, se fue contra el segundo: “Frente a quienes deseen ver como un triunfo que de seis gobiernos estatales que tenían han perdido cuatro y han logrado dos, pues de verdad les digo que siguen confundidos”.  

Al PRI no le queda más que seguir sumándose a las alianzas políticas para tratar de que su nombre se mantenga en las listas de votación. 

Pero el PAN no se queda atrás, antes de ayer, gobernada ocho estados, ahora se quedó sólo con seis. 

Así, Morena domina dos terceras partes de la República Mexicana con 22 gubernaturas; el PAN tiene 6 estados y el PRI dos, más las dos de Movimiento Ciudadano, para llegar a 32.