Alfredo González Castro
10/01/2024 - 9:00 HS
Morena y sus aliados (PT y PVEM) sufrieron uno de los golpes políticos más dolorosos de los últimos tiempos en la Ciudad de México al ser incapaces de lograr una mayoría en el Congreso local para ratificar a Ernestina Godoy como fiscal de la capital del país.
No es una derrota cualquiera, se trata de un hecho que deja ver la fragilidad del grupo que gobierna el corazón de la República, porque más allá de las teorías sobre conspiraciones internas, demostró la oposición que, unida, puede hacer tambalear a la 4T.
Y cobra mayor relevancia el tema porque ocurre justo en el proceso electoral para renovar la Presidencia, el Gobierno de la CDMX y sus 16 alcaldías.
Como quiera verse, fue un triunfo del bloque conformado por PAN, PRI y PRD, y de MC que, si bien no forma parte del mismo proyecto político, en este caso fue con ellos, propiciando así un descalabro mayúsculo para el partido del presidente López Obrador.
No funcionaron los amagos, ni las amenazas. Tampoco los intentos por comprar votos a la oposición, ni los expedientes personales contra diputados, mucho menos las investigaciones sobre el llamado Cártel Inmobiliario.
Tampoco surtieron efecto las maniobras legislativas de los morenistas para cambiar el calendario y los plazos de la ratificación. Dejaron correr el tiempo y hasta el último momento perdieron la votación en el Pleno.
La fracción, que encabeza Martha Ávila, pidió una votación abierta para evitar traiciones internas y para verificar si las legisladoras del PRI que habían comprometido su voto a favor (Mónica Fernández y Chantal Jiménez) cumplían. Y no hubo sorpresas, pero perdieron por tres votos de diferencia.
Con este suceso se debilitó Morena, pero sobre todo Clara Brugada, virtual candidata al Gobierno de la CDMX, no porque haya quedado en evidencia la fragilidad de su partido sino porque Godoy es de su grupo político. Trabajó con ella en Iztapalapa.
Se llegó a especular incluso que la fiscal podría ser postulada como alcaldesa de aquella demarcación, pero el escenario cambió después de la frustrada votación del lunes y Morena, Claudia Sheinbaum y hasta el propio AMLO tomaron a Godoy como una bandera política.
Y eso mismo hizo la oposición, sólo que desde otro lugar: se unieron en contra de la ratificación de la fiscal porque acusaron que, desde la instancia que se procura justicia, se inició una cacería en su contra.
Le dieron a la oposición una causa común que los unió y dejó este caso una lección para todos sus protagonistas.
La oposición se envalentona y ve como algo real la posibilidad de ganar el gobierno local en las elecciones, así como la mayoría en el Congreso y más alcaldías de las que posee en este momento.
Morena, a su vez, se da cuenta de que la cacería de brujas contra opositores no les funcionó y que no es suficiente con ser gobierno para doblegar a los adversarios.
Ahora está por verse cuál de los grupos que domina en la 4T capitaliza todo a su favor, sobre todo en la designación de candidatas y candidatos.
Por un lado, está la corriente que encabeza el jefe de Gobierno en funciones, Martí Batres, y el ala más dura del partido, mientras que del lado opuesto están los moderados que se identifican más con el proyecto político de Sheinbaum.
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