Alfredo González Castro
04/07/2022 - 7:14 HS
Estamos a dos meses de que arranque el período ordinario de sesiones en el Congreso después de la efervescencia que provocaron las elecciones en seis estados y eso, quiérase o no, derivará en un reacomodo de fuerzas en los principales partidos políticos representados la Cámara y el Senado.
En ambas se renovarán sus presidencias y aunque está claro que en San Lázaro le toca al PAN y en el Senado permanece Morena, lo que no está definido aún es en quién recaerá.
Por ejemplo, el panista Santiago Creel –con el respaldo de Marko Cortés-- va que vuela por la titularidad en la cámara baja, aunque dentro de su bancada varios, o mejor dicho varias, ya levantaron la mano.
Las diputadas Rocío Reza (muy cercana a Javier Corral), Margarita Zavala y María Elena Pérez-Jaen (suplente de Tere Jiménez, gobernadora electa de Aguascalientes) quieren y presionan para que sea una mujer.
Argumentan que la salida del morenista Sergio Gutiérrez (quien por cierto busca la gubernatura de Veracruz) es un buen momento para abrir espacio a una mujer a pesar de que ya existe un acuerdo entre Creel y su dirigente.
La guerra en San Lázaro aún es de baja intensidad, pero las panistas amagan con escalar su demanda. Argumentan que es momento de las mujeres y de alguien diferente a la nomenclatura del blanquiazul.
Las más aguerridas son Pérez-Jaen y Reza, que han figurado poco, pero que sienten que sus relaciones y vínculos políticos les son suficientes para llegar, algo que está por verse.
¿Y en el Senado?
En la cámara alta, parece que el alma le regresó al cuerpo a Ricardo Monrealdespués de que Gabriel García, quien se reincorporó al Senado, anticipó que no buscará la coordinación de Morena.
Había preocupación en el equipo del zacatecano porque se mencionó a García como la propuesta de la disidencia para reemplazarlo en el cargo.
El hecho de que se haya bajado, redujo la presión que tenía Monreal en dos frentes: en la coordinación de la bancada y en la disputa por la presidencia de la mesa que en este momento tiene Olga Sánchez.
El primer tema, por ahora, está resuelto; mientras que en lo que atañe a Mesa sigue la guerra interna.
Nadie da su brazo a torcer. Alejandro Armenta sigue como la propuesta de Monreal.
El poblano sigue buscando amarres porque cree que de eso dependerá, en gran medida, su futura postulación a la gubernatura de Puebla, disputa que a la que ya entró de la mano del gobernador Miguel Barbosa con quien hizo una alianza de facto para inmovilizar a Ignacio Mier.
En el lado opuesto, empujan a César Cravioto y a José Narro.
Buscan quitar el control económico y político a Monreal, lo cual está por verse también, porque en todo este rejuego de intereses y ambiciones personales está el interés de López Obrador por garantizar un trabajo legislativo ordenado para sus reformas y la entrega de buenas cuentas de cara a la sucesión presidencial del 2024.
***
Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo:“División y destrucción, hermanas gemelas son.
Los cuartos de guerra de Clara Brugada y Santiago Taboada anticipan una elección muy cerrada y buscan que la diferencia de votos sea tal que no haya margen para llevar a tribunales
La renuncia de Teté, en Álvaro Obregón, es la punta del iceberg de los graves problemas que enfrenta el partido de Dante Delgado en la capital del país