La presidenta del INE va por la austeridad, no por el Plan B

Después de su toma de posesión, trascendió que Guadalupe Taddei se enfocará en el presupuesto y la estructura, no en la polémica por la reforma electoral

Alfredo González Castro

05/04/2023 - 0:00 HS

Pocas veces, como en días recientes o en jornadas electorales, se había visto tanto movimiento, tanto ajetreo, en las instalaciones del Instituto Nacional Electoral.

 

No era para menos. Después de nueve años se dio el relevo en la presidencia del organismo y en tres de sus consejerías.

 

Pero, como es de todos sabido, no fue un trámite común, mucho menos sencillo, porque le antecedió el proyecto del presidente López Obrador para concretar una reforma electoral que pasaba por el cambio radical del instituto.

 

Como nada pudo materializarse y tampoco terminó de ponerse en marcha el Plan B, los nuevos consejeros y su presidenta, Guadalupe Taddei, fueron seleccionados por sorteo. Todo al estilo 4T.

 

Consumado el proceso, Taddei, junto con sus colegas Rita Bell López, Jorge Montaño y Arturo Castillo, tomó posesión de su nuevo encargo.

 

Fue la primera vez que una mujer se sentó en el centro de lo que han denominado la “herradura de la democracia” (por la forma que tiene el salón de sesiones del Consejo General).

 

En su discurso, la funcionaria de origen sonorense llamó a revisar el costo de la democracia porque piensa que es un clamor de la sociedad.

 

Habló de analizar el presupuesto del máximo órgano electoral.

 

Quienes conocen del tema electoral y han coincidido en algunos proyectos con ella, consideran que su bandera será sin duda el tema de la austeridad, algo que ha machacado todo el tiempo López Obrador.

 

Se observa una coincidencia con Palacio Nacional, lo que falta ver es cuál será la ruta que seguirá, porque parte importante de la estructura de la presidencia del INE quedó vacía tras la salida de Lorenzo Córdova.

 

Uno de los desafíos será nombrar al secretario ejecutivo, cargo que dejó vacante el polémico Edmundo Jacobo.

 

No es cosa menor, porque, como no queriendo, varios personajes de Morena han sugerido perfiles y nombres, sin que necesariamente les haya hecho caso.

 

El segundo tema que debe resolver de inmediato es lo relacionado con las controversias que presentó el organismo en contra del Plan B de la reforma electoral.

 

Aunque desde el primer momento que llegó a sus nuevas oficinas, trascendió que no entrará a esa polémica.

 

Dejará que todo corra por los cauces legales para evitar un desgaste innecesario ante la opinión pública y los partidos políticos. Algo que falta ver cómo lo tomará López Obrador, porque en los nuevos consejeros dejó caer la instrumentación de su “Plan C” en materia electoral.

 

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Hace unos días, a un alto funcionario de Palacio Nacional se le escuchó decir que el senador Ricardo Monreal se equivocó con su estrategia de convertirse en el hijo desobediente de la 4T.

 

El reclamo permanente que mantuvo porque no fue considerado como corcholata presidencial, lo llevó por todas partes y cada que puede lo hace notar.

 

Sigue en pie su deseo de entrar a la contienda, aprovechando las coyunturas que se le presentan, como la tragedia de migrantes Ciudad Juárez.

 

El zacatecano tiene una semana pidiendo la comparecencia de los secretarios Adán Augusto López y Marcelo Ebrard, para que expliquen las responsabilidades de sus secretarías en aquellos hechos tan lamentables, pero no han querido engordar el caldo y siguen sin responder.

 

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El diputado Antonio Pérez Garibay, padre de Checo Pérez, fue uno de los personajes que acudió al funeral de Raúl Padilla.

 

Su presencia llamó poderosamente la atención por ser muy cercano a López Obrador, quien se convirtió en uno de los mayores críticos del ex rector de la U de G.

 

Además, muchos ven a don Antonio como uno de los más fuertes prospectos de Morena para contender por la gubernatura de Jalisco en 2024.

 

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Y como dice el filósofo… NomeacuerdoQuien trata y contrata, a cumplir se ata.”


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