Alfredo González
30/11/-0001 - 0:00 HS
De asueto se encontrará estos días el presidente Andrés Manuel López Obrador, cargando energías para perfilar el cierre de año.
Estará en su rancho, preparando el discurso que pronunciará el 9 de noviembre en su visita a Nueva York, para encabezar la toma de la presidencia de México en el Consejo de Seguridad de la ONU.
También, decidió descansar en Día de Muertos para reflexionar sobre los próximos cambios en su gabinete.
Del que más se habla en Palacio Nacional es del relevo en la Secretaría del Trabajo, que encabeza Luisa María Alcalde.
Incluso se comenta que el próximo destino de la joven política podría ser el Poder Judicial, para lo cual todavía no hay una fecha. Lo que sí, me dice una fuente de la Presidencia, es que AMLO quiere se vaya después de entregar el proyecto sobre seguridad laboral y empleo para la zona minera de Cananea, Sonora.
Es un documento que forma parte del Plan Integral de Atención, dado a conocer el pasado 4 de julio, con el que buscan atacar los rezagos que padece esta heroica región.
No obstante, todo pasa por eliminar los viejos cacicazgos sindicales de la región. Y es aquí donde se espera que Alcalde haga la parte que le corresponde. Tienen que convencer al líder de los mineros, su compañero de partido el senador Napoleón Gómez, sobre los pros y contras de mantener el dominio de su sindicato en la región.
De la resistencia que oponga Napito dependerá que el gobierno eche a andar el plan de trabajo y previsión social, cosa que está en manos de Luisa María. Y si logra salir victoriosa hasta ministra de la Corte la hacen.
Sobre los otros cambios, todo es incierto. Pero a quien se sigue mencionado es al bajacaliforniano Jaime Bonilla. Ayer concluyó su gubernatura y hace unos días se apersonó en el Senado para anunciar que retomaría su escaño. Lo que no se sabe es si regresará a la Cámara alta temporalmente o si brincará al gabinete.
Tampoco se sabe aún cuándo se anuncia la incorporación de la exgobernadora sonorense, Claudia Pavlovich, al equipo presidencial. Este y otros ajustes, me anticipan, se darían antes de que concluya el año, por lo que el presidente tomó el último puente de la temporada para reflexionar sobre ellos y otras acciones de gobierno.
REBELIÓN. A contrapelo de los designios de su coordinador, Ricardo Monreal, una docena de senadores de Morena están en actitud de franca rebeldía y quieren iniciar un movimiento para desconocer al dirigente de su partido, Mario Delgado.
Están molestos porque no son tomados en cuenta para todas las gestiones que deben hacer en sus estados, sobre todo de obras y recursos.
El presidente del partido sólo los busca para ordenarles el sentido de su voto en determinados temas.
Los usan para lo que les conviene, me dijo una senadora. Y cuando desde el congreso piden una gestoría, ni en el partido ni el gobierno les toman las llamadas.
Todo esto se lo hicieron saber a Monreal, pero él les pide dar la batalla desde el interior del partido.
El caso que ventiló este enojo fue el de la senadora Griselda Valencia, quien la mañana del 21 de octubre pidió su cambio a la bancada del PT.
Envió el oficio a la mesa directiva, pero seis horas dio a conocer que se quedaba en Morena porque “cambio de opinión".
Lo que nadie dijo es que fue Monreal quien la convenció de que se quedará en el partido, para evitarle un problema con su dirigencia, pero sobre todo un enojo en Palacio Nacional.
Se trata de un trabajo de contención que hizo en los últimos días con otra decena de legisladores.
Lo que nadie sabe es si le alcanzarán brazos y piernas para tapar todas las fugas en la puerta. Porque ni los legisladores pueden vivir todo el tiempo de puras promesas.
Y como dice el filósofo... Nomeacuerdo: “El hombre que no reflexiona no tiene tiempo de juzgarse a sí mismo.”
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
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