Alfredo González
30/11/-0001 - 0:00 HS
La falta de una definición del PRI en torno a la Reforma Energética, impulsada por López Obrador, no sólo motivó un reproche de sus aliados políticos (PAN y PRD), sino que provocó una rebelión al interior del tricolor.
Alrededor de 100 priistas, algunos integrantes de su Consejo Político y otros con larga trayectoria en el partido, preparan un documento para iniciar el proceso de expulsión de los diputados que voten a favor de la “contrarreforma” de AMLO.
Dicen que no hay mucho que buscarle en los argumentos a favor y contra del proyecto presidencial, porque sus documentos básicos, sobre todo el Programa de Acción, establece con claridad cómo deben actuar el CEN y sus legisladores.
“Ampliar la disponibilidad de fuentes de energía para el mercado mexicano, preferentemente de fuentes limpias”, dice su apartado 33.
Pero la duda prevalece entre Alejandro Moreno, su líder nacional, y su coordinador en San Lázaro, Rubén Moreira, quienes apelan a un análisis más profundo. Sin embargo, la indefinición agudizó el debate y profundizó la división.
Eso es algo que no desaprovecha el presidente AMLO, quien lanzó ayer una provocación a la cúpula del priísmo.
Los invitó a deslindarse de Carlos Salinas porque, según él, fue quien impulsó la reforma para que el tricolor cediera en materia energética.
Pero no es así, el verdadero golpe de timón ocurrió a principios del sexenio de Enrique Peña.
En el marco del incipiente Pacto por México, en marzo de 2013, la cúpula del priismo convocó a su XXI Asamblea Nacional en la que, a petición de Peña, hicieron toda una reforma para aceptar la participación de la iniciativa privada en el sector energético, lo que dio a pie a la Reforma que hoy quiere echar abajo López Obrador.
En aquel momento —me platica un priista que participó en las negociaciones— fue una batalla interna muy fuerte, en términos políticos e ideológicos. Hubo encuentros y desencuentros, cabildeos, debates y mucho análisis, pero al final se impuso la visión del entonces Presidente de la República.
Pero el tema no quedó ahí: en su XXII Asamblea Nacional, celebrada en 2017, los priistas ratificaron su Programa de Acción que habla de energías limpias y de la apertura a la inversión privada.
Ahora bien, si la visión de la actual dirigencia del PRI y sus diputados cambió, la tienen fácil: que convoquen a una Asamblea reformadora, para atender los designios del presidente López Obrador.
Si eso ocurre, sin embargo, estarían dando la puntilla a la alianza con el PAN y el PRD, provocando además una diáspora de priistas que no se sienten identificados ni con sus diputados ni con sus dirigentes.
Por lo pronto, Alito dejó nuevamente en el aire la definición del PRI. Eso sí, uno de sus principales aliados, el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, tuvo un encuentro en Veracruz con la secretaria de Energía, Rocío Nahle, pero nadie sabe qué acordaron.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “La división entre sabio y necio es más delgada que la tela de araña.”
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
Publicado: 06/10/21
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