Alfredo González Castro
22/12/2023 - 12:03 HS
La renuncia masiva en el PRI y la incorporación de varios de sus militantes a la campaña de Claudia Sheinbaum, entre ellos ex gobernadores, alcaldes y diputados, forma parte de una estrategia diseñada desde Palacio Nacional para debilitar al frente opositor.
Más allá de los argumentos que dieron para justificar su salida personajes como Alejandro Murat, Eruviel Ávila o Adrian Rubalcava, el verdadero artifice de todo fue el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde hace algún tiempo, el mandatario dejó abiertas las puertas de la 4T a todos aquellos miembros de la oposición que quisieran unirse a su movimiento.
Nunca apostó por la desaparición del PRI, particularmente, porque sabía que le sería de utilidad para fortalecer su proyecto político.
Hubo algunos episodios en los que el priismo de Alejandro Alito Moreno parecía que estaba con AMLO, pero también otros en los que marcó distancia, sobre todo en el Congreso de la Unión con votaciones clave, como la Reforma Energética y otros temas vitales para la 4T.
Pero cuando llegó el momento de las definiciones electorales no hubo señales ni acciones encaminadas a una reconciliación entre López Obrador y el priismo.
Los del tricolor, encabezados por Alito, se decantaron por formar una alianza con el PAN, de Marko Cortés, y con el PRD, de Jesús Zambrano.
Eso fortaleció al campechano en un entorno muy cercano a él y con sus nuevos amigos de la oposición, pero lo distanció de muchos compañeros suyos que en su momento tuvieron peso e influencia dentro del partido.
Algunos gobernadores, entre ellos Claudia Pavlovich, de Sonora; Quirino Ordaz, de Sinaloa; Omar Fayad, de Hidalgo; Alejandro Murat, de Oaxaca; y Alfredo del Mazo, del Edomex, optaron por separarse de él y hacer alianza con López Obrador.
Desde aquel momento sabía el Presidente que los priistas eran útiles a su movimiento. Y ellos empezaron a entregar sus estados a Morena.
El mandatario a su vez lo recibió en el regazo de la 4T. Dejó de hablar mal del PRI y les hizo saber que todos eran bienvenidos.
Lo confirmó con sus declaraciones del pasado miércoles, después de que varios priístas se sumaron al proyecto de Sheinbaum, creando la corriente Alianza Progresista.
“Si son buenos, si son malos, si tienen mala fama o buena fama, eso depende de cómo se vean las cosas. La política se hace con mujeres y hombres y la perfección nada más corresponde al Creador. Pero los seres humanos, todos, cometemos errores”, dijo AMLO y redimió a prominentes miembros del tricolor por mero pragmatismo.
Alejandro Murat, hermano político de Alito Moreno, igual que Eruviel Ávila, reconocido operador político en el Edomex, particularmente en la zona oriente, junto con Anilú Ingram, diputada local en Veracruz, dejaron un hueco importante en las filas del viejo partido político.
Mientras que Adrián Rubalcava, el último de los mohicanos del tricolor en la CDMX, fue dejado a su suerte y hoy se lleva un capital político importante a Morena
Todos ellos, junto con otros ex gobernadores y legisladores que se sumaron a Morena en esta y otras coyunturas, atendieron al llamado de AMLO. Pasaron a engrosar las filas del partido guinda, que va que vuela por la Presidencia de la República, provocando con eso tremendo boquete en la alianza opositora.
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