Si hay dos hidalguenses enojados con Alejandro Moreno Cárdenas esos son Omar Fayad y Miguel Ángel Osorio Chong.

Ambos marcaron su distancia con el dirigente del PRI porque impuso a una candidata a la gubernatura de Hidalgo y sufrió una de las derrotas más estrepitosas de los últimos tiempos.

Esa es la razón por la que estos dos personajes se han convertido en piezas clave en la rebelión interna que sufre Alito en estos momentos.

Más aún: hay grupos, dentro y fuera del PRI, que promueven a Osorio y a Fayad como los posibles sucesores de Moreno Cárdenas en la presidencia del tricolor.

Con todo y que Alito ha hecho hasta lo imposible para aferrarse a la dirigencia priista, como las sesiones del Consejo Político Nacional al vapor, sectores y líderes históricos del partido dicen que tiene los días contados al frente del Comité Ejecutivo Nacional.

De hecho, un grupo de abogados priistas prepara la estrategia jurídica para sacar al campechano del edificio de Insurgentes Norte y no le dan más de un mes.

Pero mientras eso ocurre, militantes destacados del partido, entre ellos ex presidentes del CEN, realizan una serie de consultas y reuniones para determinar la ruta a seguir después del golpe a la dirigencia actual.

En ese grupo hay quienes coinciden que el mejor perfil para tomar las riendas del PRI es el del senador Miguel Ángel Osorio, por su manejo político, su trayectoria, su experiencia como secretario de Gobernación y como gobernador de su estado.

Lo que sabemos, por otro lado, es que en Palacio Nacional no ven con malos ojos que Omar Fayad pudiera también tomar la presidencia del CEN del PRI.

Él, sin embargo, ha dicho que quiere alejarse un poco de la política y dedicarse a la academia, pero si no hace ni una ni otra, y decide no ir por la dirigencia tricolor, en la 4T lo espera una embajada o un cargo en el gobierno.

Como lo comenté en la columna anterior, al presidente Andrés Manuel López Obrador no le conviene un PRI debilitado.

Lo que sí quiere es minar la dirigencia de Alito para forzar su salida y, sobre todo, romper la alianza con PAN y PRD, para dar paso a las reformas pendientes de su gobierno.

Tanto Osorio Chong como Fayad podrían encabezar esta cruzada porque ya dieron muestra de que son más conciliadores.

Osorio frenó en el Senado la intentona de una parálisis legislativa, mientras que Omar, sacó las manos de las elecciones en las que ganó el candidato de Morena, Julio Menchaca.

Eso, al final del camino, abre una puerta para establecer una nueva relación con la 4T, porque la que promovió Alito fue la de la confrontación con el presidente.

Y algo que no le perdonan desde Palacio Nacional, fueron dos frases: “AMLO es una tragedia para el país” y “vivimos en un narcoestado”, las frases más caras de la historia que se las atribuyen a consultores extranjeros de Alito.

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Interesante sería saber cómo y quién grabó las conversaciones que ha dado a conocer la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, balconeando supuestas triquiñuelas de Alito.

De entrada, no se trata de llamadas telefónicas. Son grabaciones que se hicieron de reuniones entre Moreno Cárdenas y varios interlocutores.

Lo que llama la atención es que la voz que siempre se escucha con más claridad es precisamente la del propio Alito.

¿Será que él mismo las grabó, como lo hizo con el senador Manuel Velasco, y que alguien hackeó y robó las grabaciones de su teléfono celular?

Un dato que alimenta más la sospecha: durante la reunión del martes con ex presidentes del PRI, la gente de Moreno les recogió los celulares a todos.

El único que no lo entregó fue Manlio Fabio Beltrones. Pero lo dejó afuera, con uno de sus asistentes, por aquello de las cochinas dudas.

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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “La sentencia no se pronuncia de una vez, el procedimiento se va convirtiendo lentamente en sentencia.”