Coahuila tiene la región carbonífera más importante del país. Aporta prácticamente el 100% de la producción nacional de carbón, según el informe Perfil del mercado del carbón 2022, de la Secretaría de Economía; pero ni así, sus minas están reguladas y sus mineros protegidos.  

Escuchar a organismos sociales decir que más de tres mil personas han muerto en minas de carbón es alarmante, más, cuando actualmente hay 10 mineros atrapados desde el 3 de agosto en la mina El Pinabete, en Coahuila. 

Este texto busca hacer una reflexión sobre las pésimas condiciones laborales en las que trabajan miles de mineros en todo el territorio nacional, y que por más accidentes que los envuelven continúan teniendo salarios míseros e inseguridad social en todos los sentidos. 

Sabinas, Coahuila, es el escenario más reciente en el que familias enteras esperan que logren rescatar a alguno de los mineros. La mina Pinabete está localizada en la población de Villa Agujita, del ejido El Mezquite; lo que ocurrió fue que se inundó tras un derrumbe. De los trabajadores que se encontraban en ella, cinco lograron salir, cuatro de ellos continúan hospitalizados. 

El pozo en el que sucedió el accidente es un tiro vertical de 65 metros de profundidad. La gran cantidad de agua que sigue entrando en él es lo que ha impedido que los rescatistas puedan entrar hasta donde están los mineros. El tiempo apremia. 

Aquí presentamos los accidentes más recientes en minas de carbón en esta entidad mexicana. En todos estos casos hubo violaciones a los reglamentos para salvaguardar la vida de los mineros y sigue sin haber protocolos de atención a las emergencias mineras que se presentan: 
 

Mina en Múzquiz, Coahuila, 2021 

El 4 de junio de 2021, se produjo una inundación en una mina de carbón en el municipio de Múzquiz, en Coahuila, derivado de la cual 7 mineros quedaron atrapados, no los pudieron sacar. 

Mina de Progreso, Coahuila, 2012 

5 de agosto del 2012, seis mineros quedaron atrapados en una mina de carbón en el municipio de Progreso, en el estado de Coahuila, luego de un desprendimiento de tierra. Uno logró salir, pero el resto quedó dentro. 

Explosión de mina de carbón en Barroterán, Coahuila, 2012 

El 25 de julio de 2012, en el mismo estado, ahora en Barroterán, ocurrió otro accidente minero que dejó un saldo de 7 mineros muertos. 

 
Explosión en El Pocito, Coahuila, 2011 

El 6 de mayo de 2011, una mina de carbón en la comunidad de El Pocito, en el municipio de Sabinas, Coahuila, dejó una de las cifras más elevadas muertos por un accidente minero. 

Durante trabajos de excavación, un grupo de 14 mineros quedó atrapado en el lugar luego de una explosión de la que se indica, ocurrió debido a una acumulación de gas. No pudieron salir. 

Pasta de Conchos, Coahuila, 2006 

El 19 de febrero de 2006, una explosión en la mina 8 de la Unidad Pasta de Conchos, en el estado de Coahuila, dejó la que se considera como la mayor tragedia en los accidentes mineros en México: 65 trabajadores murieron. 

RECORDANDO PASTA DE CONCHOS, 16 AÑOS

El 19 de febrero de 2006, la mina 8, Unidad Pasta de Conchos, ubicada en el municipio de San Juan de Sabinas, en el estado de Coahuila, sufrió una terrible explosión por una acumulación de gas metano que vio aumentados sus efectos debido a las condiciones deplorables de seguridad de la mina.  

La explosión en la mina, propiedad de la empresa Grupo México, del empresario German Larrea, el segundo hombre más rico de México, dejó con quemaduras de primer y segundo grado a 11 trabajadores que lograron salir; mientras que 65 mineros quedaron atrapados.  

Previamente, el lugar ya había tenido reportes de fallas de seguridad desde el año 2000. En la última inspección, realizada el 12 de julio de 2004, se asentaron 43 violaciones directas a la norma de seguridad e higiene y se ordenaron 48 medidas y muchas de ellas de extrema urgencia. Sin embargo, las autoridades omitieron supervisar que se subsanaran las fallas anteriormente detectadas. 

Después del suceso, las labores de rescate quedaron en manos del Grupo México, que anunció que mantendría labores para la recuperación de cuerpos, al asegurar que en el interior no había posibilidades de vida ya que las temperaturas del estallido superaron inclusive las de un horno crematorio. 

Sin embargo, el 4 de abril del 2007, después de rescatar únicamente dos cuerpos, identificados como Felipe de Jesús Torres Reyna y Manuel Peña Saucedo, en una decisión sin precedentes en el resto del mundo, la poderosa minera decidió suspender el rescate argumentando que se ponía en riesgo a los rescatistas.

Así, la empresa determinó en un análisis, que entre el 25 y el 75 por ciento de la mina estaría inundada y que existía contaminación biológica y por esa razón justificó que los trabajos de rescate fueran suspendidos.